11 de noviembre de 2012

La capital y yo... no nos entendemos...


Llevábamos más de tres semanas intentando quedar todas las chicas, que ninguna trabajara, y por fin este fin de semana lo conseguimos. Como siempre estábamos indecisas con el plan y se nos ocurrió salir por Madrid. Al tomar esa decisión ya me olia yo algo... y es que siempre que vamos a Madrid siento que no merece la pena y eso que a mi Madrid como ciudad me gusta mucho.


Pues nos plantamos en plena Gran Vía y ya empezó el caos... ¿Dónde te metes el coche cuando vas a Madrid?... es una complicada ecuación que no creo que se pueda despejar nunca...total que después de una hora buscando sitio, cambiamos de planes y nos fuimos a la zona de Goya que la conocía una de mis amigas.

Por fin llegamos a cenar a un sitio, nos apetecía un Italiano. Nos sentamos en la mesa, abro la carta... y cual es mi sorpresa que no se como se utiliza esa carta... por favor, ¡¡¡un manual de instrucciones!!!! En ese momento me sentí más de pueblo que las amapolas :S Para poder pedir un simple plato de pasta, tenía que elegir entre mil salsas, y ésta emparejarla con uno de los tantos tipos de pasta:

  • pastas largas: spaghetti, tagliatelle, vermicelli, pappardelle, fettuccine, linguine, capellini, ziti, bucatini...
  • pastas cortas: maccheroni, rigatoni, tortiglioni, penne, gnocchi, fusilli, rotini, farfalle, coditos, ditalini...
  • pastas rellenas: ravioli, tortellini, tortelloni, panzarotti, cappelletti, agnolotti..
Una autentica aventura para una princesa de pueblo... jejeje

Tras la cena, nos retocamos y me enfunde mis tacones. Porque... ¿qué es una noche sin tacones? 
No conocíamos el sitio donde íbamos pero confiamos en una amiga que ya había ido otra vez, no era una discoteca grande como la que esperábamos, pero bueno nos conformamos... 

No os podéis imaginar la cara que pusimos cuando al entrar empezamos a ver a toda esa gente con esa música de fondo... era como si entráramos en otro mundo... no sabría definirlo... sonaba música.... es que ni conozco a los cantantes, era música de... boda. No tengo nada en contra de esa música, pero me gusta escuchar música reciente, música que todos escuchamos a diario en una cadena de radio más o menos actual... no a los Pecos... eso era imbailable.

Encima nos sentíamos hasta raras, la gente llevaba un estilo peculiar, eran como pijos de esos que tienen dinero, pero que van mal vestidos y mal peinados...en serio... a esa zona ¿no ha llegado la plancha del pelo? ¿ni los colores vivos y oscuros? Iban todos, chicas y chicos, despeinados y vestidos en tonos tierra, sin una gota de rimel y ya ni que decir de tacones...

Ahora me planteo... si la gente que siempre veo en Madrid es de otro mundo... si las tiendas tienen ropa distinta a la de los otros núcleos de la periferia... porque no lo entiendo... o es que siempre voy a sitios equivocados.

Total... que a las cuatro de la madrugada nos volvimos a nuestra zona a poder salvar algo de la noche y me di cuenta de que ahí si que estaba agusto, que mi mundo no es la capital, que soy feliz viviendo en mitad de la nada y que no necesito kilómetros y kilómetros de ciudad.

Conclusión: si volveré a salir por Madrid, pero no salgo de mi casa si mi nombre no esta en una lista de una discoteca grande, a la que merezca la pena ir, he dicho!!




7 de noviembre de 2012

Ya que me meto en todos los charcos... los pisoteo bien...


Y es que yo soy así, no tengo remedio. Me harto a decir: "no volveré hacer esto", "solo tenia curiosidad", "ni loca vuelvo a..." . Y pasado un cierto tiempo me tengo que comer mis propias palabras a cucharadas.

Me rompo el lomo para estructurar mi vida, empiezo por los cimientos en vez de por el tejado, pongo buenas vigas de hormigo para que esta estructura de mi vida sea lo más dura y resistente posible...

Y... aparece ÉL otra vez y mi vida ya no parece tan dura ni resistente... y siento como se tambalea. Y es que no puedo evitar el no hablar con ÉL. Llevábamos tres años sin saber el uno del otro y de repente aparece en mi whatsapp... sinceramente no pude evitar el no hablarle.

Encima me fascino enormemente lo que había cambiado, lo que había madurado y sobre todo el feeling que, a pesar del tiempo que ha pasado, no se ha perdido. Sigue igual o mejor conmigo.

Lo malo es que mi cabeza no para de pensar, y hacer quinielas de lo que puede pasar si seguimos hablando, y sinceramente me doy miedo a mi misma, porque sé que soy capaz de hacer locuras muy grandes sin mirar las consecuencias.

Llevo tres años pensando en que mi príncipe azul aparecería y seria muy feliz a su lado y todo seria de color rosa, pero a veces dudo de si llegara a aparecer o que simplemente mi príncipe es ÉL y no habrá ninguno que supere todos los sentimientos que he sentido junto a ÉL.

Me da miedo que ÉL sea mi futuro, no por mi, sino por todo lo que sufrieron los que me rodeaban, amigos y familia, y ahora llegar y decir que he vuelto hablar con ÉL... me aterroriza, porque a nadie le parecerá bien.

¿por qué me meteré yo en estos líos? 
con lo fácil que puede llegar a ser la vida...

2 de octubre de 2010

Última Página...

En estos días atrás he llegado a pensar que mi cuerpo estaba inerte, que no sentía, que no padecía.He llegado a sentirme pérdida, he llegado a pensar que el mundo para mi no tenía sentido.

Miraba a un lado, y miraba al otro y ya nada me apetecía, nada me gustaba. Ni blanco ni negro, ni playa ni montaña, ni frío ni calor, ni cara ni cruz. Nada. Fue entonces cuando sentí en mi insensibilidad. Mi insensibilidad por un roce, un gesto, por una imagen, por cualquier estímulo que antes si provocaba en mi alguna sensación.

Pasaron muchos días, hasta que mi cuerpo respondió. No fue gracias a mi, fue gracias a la insistencia de Pablo. Pablo intento por todos los medios que esa "sal" volviera a mi. Y volvió, y volví a ser yo , pero pase de un punto mínimo casi nulo a un punto máximo y con más fuerza que nunca. Fuerza incontrolable que me demuestra una vez más que perdí mis límites hace tiempo. Límites fuera de la normalidad que dibuja mi imaginación. Esto me demuestra una vez más que el término medio para mi ser no existe. Que o me encierro a cal y canto o echo a volar sin mirar atrás... está claro entonces: echo a volar.

No quiero perderme nada, no quiero dejar nada sin hacer, no quiero tener la sensación de que no he disfrutado lo suficiente. Quiero equivocarme, aprender de mis errores, pero nunca tener miedo a ser yo.

Ocultarlo sería mentirme a mí misma, claro que me está costando, pero claro es que por ello he crecido como persona independiente que soy y que muestra sus sentimientos claramente.

ya no me haces falta, he aprendido a ordenar mis pensamientos y juzgar mis propios actos.

He crecido, obligada,
pero he crecido.



29 de agosto de 2010

Jaque a la Reina...


No sé que me paso ese día, fue un día duro, llevaba toda la mañana en clase y parte de la tarde en un laboratorio mano a mano con el microscopio. Estaba cansada, sentía el pelo pegajoso y mi ánimo estaba por los suelos.
Era viernes había fiesta en el campus... pero decidimos tomarlo con tranquilidad, fuimos a por provisiones y en el momento más inesperado sentí que se me iban los ojos, que mi cabeza se asomaba completamente. Por un moemnto me queda quieta sin pestañear, pensando si era verdad, no ya lo que mis ojos veían, sino las sensaciones que hasta mi cuerpo eran transmitidas. No es dificil describirlo, es imposible.

No logro reproducir en mi imeginación ese brillo de ojos ni la frescura de esa sonrisa. Por unos minutos no creí verdad lo que había visto, siempre había pensado que esa luz no existía, que era imposible encontrarla.

Ya la habá encontrado, pero no logro retenerla y como vino se fue. No me he rendido a la primera, ni a la segunda; no he intentado una cosa, ni dos, pero... creo que ya va siendo hora de abandonar (que no es lo mismo que rendirse). Ccreo que he hecho todo lo que estaba en mi mano y todo lo posible, incluso a veces quedando fuera de juego y pasando algún que otro apuro.


No quiero seguir
moviendo ficha,
Odio jugar sola.

24 de agosto de 2010

Ellas NO se mueven, somos Nosotros...

Sentada en este balcón, apenas son las nueve de la noche, y no noto indicios de que el aire respire. Ni un movimiento de hojas, ni un papel volando perdido. A lo lejos veo un par de banderas caídas, pero están sin vida.

Esta calle no tiene salida para mis ojos, a un lado u otro siempre una pared choca contra mi mirada. Miro abajo y solo tengo empedrado, pero tengo la esperanza de mirar hacia arriba y perderme por un momento en este cielo que a todos nos acompaña estemos donde estemos... pero al levantar la vista me doy cuenta que no hay estrellas.

Podría esperar a que oscureciera más, a que la noche se terminara de asentar, pero seguiría sin ver ninguna estrella. Lo máximo que podría llegar a ver sería alguna luz de algún avión perdido en este cielo que a tantos nos rodea y que con tan poco nos obsequia.


Todavía recuerdo esas noches de verano, en las que Lorena y yo salíamos de casa con la cena en una mano y una esterilla en la otra. Creo que no pasábamos de los 13 años, andábamos apenas unas calles detrás de mi casa, extendíamos las esterillas y nos sentábamos en silencio a ver las estrellas mientras cenábamos.

Me encantaba sentir ese manto de luces que adornaban el cielo con total plenitud e incluso a veces podíamos soñar con algún deseo cuando alguna de esas luces atravesaba el cielo de lado a lado.

Ahora si volviera al mismo sitio,
también volvería a ver esas estrellas pero las miraría de otra manera.
y no creo que pudiera dejar la mente totalmente en blanco
como la dejaba antes.